Actualizado y comprobado el viernes, 27 octubre, 2023
La lectura es un acto profundamente enriquecedor y transformador que nos conecta con una corriente eterna de sabiduría. Uno de los más notables filósofos que meditó sobre la lectura en el siglo XIX fue Arthur Schopenhauer (1788-1860), y sus palabras continúan resonando con relevancia hoy en día.
Schopenhauer sostiene que la esencia de la lectura radica en la idea de «dominar lo mejor de lo que otras personas ya han descubierto». Esta noción de aprender de aquellos que nos precedieron se encuentra en pensadores como Maquiavelo, quien aconsejó que siguiéramos los caminos trazados por los grandes hombres. Del mismo modo, Séneca enfatizó que los que nos precedieron no son nuestros maestros, sino nuestros guías. Muchos libros, argumenta Schopenhauer, son nuevas perspectivas sobre viejas ideas, lo que justifica comenzar con las voces que nos precedieron.
Schopenhauer también reflexiona sobre el proceso de lectura y cómo esta actividad implica que otra persona esté pensando por nosotros. Mientras leemos, repetimos el proceso mental del autor, y esto a menudo nos proporciona una pausa bienvenida de nuestros propios pensamientos. Sin embargo, advierte que leer en exceso sin reflexión puede paralizar nuestra propia capacidad de pensamiento. La reflexión, según Schopenhauer, es el trabajo arduo del pensamiento que nos permite adquirir sabiduría y asimilar lo que leemos.
El filósofo también destaca la importancia de elegir cuidadosamente qué leer y qué no leer. Advierte que el tiempo dedicado a libros mediocres es un desperdicio y compara los libros malos con hierbas no deseadas que ahogan los campos de la literatura. Subraya la necesidad de leer obras de grandes mentes, aquellas que destacan por su singularidad y calidad.
Schopenhauer sugiere que el exceso de lectura de libros malos es perjudicial y que solo asimilamos una fracción de lo que leemos. Compara la mente con una tabla que se ha escrito una y otra vez, lo que dificulta la reflexión. Solo a través de la reflexión podemos hacer que el conocimiento sea realmente propio.
En cuanto a la inversión de tiempo en la lectura, Schopenhauer aboga por leer solo lo que verdaderamente nos interesa y nos acerca a nuestros objetivos y sistema de pensamiento. Además, enfatiza la importancia de releer libros importantes para una comprensión más profunda.
Schopenhauer cierra su reflexión discutiendo el progreso del conocimiento y cómo los grandes pensadores a menudo son incomprendidos en su tiempo. Compara este proceso con un planeta que sigue un camino propio, evitando los «caminos falsos» que la humanidad sigue después de un avance importante. La fama póstuma a menudo es incompatible con el reconocimiento contemporáneo.
En resumen, la lectura es un acto de profunda importancia, una vía para adquirir sabiduría y conocimiento. Sin embargo, la elección de lo que leemos y la reflexión son fundamentales para asegurarnos de que la lectura sea una experiencia enriquecedora y transformadora, y no un mero consumo de palabras.
